La Venganza de Horus: Regresamos a Egipto
El antiguo Egipto es una de las civilizaciones más cautivadoras de este mundo y a lo largo de los siglos ha llamado la atención de eruditos y profanos. Quizá se deba a su monumental y asombrosa arquitectura, a la belleza de los frescos pintados en sus tumbas o a la creencia en una vida más allá de la muerte que llevó a la invención del proceso de momificación.
Heródoto, el historiador y viajero griego, describió a Egipto con la famosa expresión regalo del Nilo. Las fronteras naturales de Egipto, conformadas por mares, desiertos y rápidos sembrados de escollos rocosos, ayudaron a proteger el país de invasores, permitiendo que su cultura floreciese dentro de una relativa seguridad. Su ubicación geográfica, una encrucijada entre África y Asia que sirvió como puente económico y cultural entre los dos continentes.
Los antiguos egipcios llamaban a su país Kemet, que significa Tierra Negra, debido al color de la fértil capa de sedimento que todos los años depositaban las crecidas del Nilo. Egipto también era conocido como Tawy, o las Dos Tierras, refiriéndose al Alto y Bajo Egipto, así como a la diferencia entre la «tierra negra» del valle del Nilo y la «tierra roja» de los desiertos circundantes.
La palabra Egipto es una derivación del nombre dado por los griegos a esa región, Aegyptos. Estamos frente a una civilización que duró más de tres mil años. Y aunque algunas cosas permanecieron prácticamente inalteradas, era inevitable que pasara por diferentes periodos, algunos de ellos convulsos. Además de las relaciones comerciales con sus vecinos, Egipto pasó por la invasión, la guerra y la dominación de diferentes pueblos extranjeros: hicsos, asirios, persas, griegos, y por último la dominación romana.
En esta cultura añosa a orillas del río, la magia es algo tan natural como la vida, como el agua, la tierra o el sol. La mitología egipcia es rica y compleja, y sobrevive en una gran variedad de fuentes, desde los escritos religiosos como el Libro de los Muertos, pasando por las estelas políticas y las tallas piramidales, hasta los papiros que contienen historias de héroes y cuentos populares. Los textos religiosos conservan oraciones, invocaciones, hechizos y otras escrituras para su uso en la adoración de los dioses.
Muchos de estos escritos se concentran en el salvo conducto del alma a través de los peligros de la Duat, o inframundo, y en la vida después de la muerte, que era una preocupación absolutamente central de la religión egipcia. En esta línea, los faraones a veces se conceptualizaban como descendientes del propio dios Ra, o como divinidades por derecho propio.
La religión egipcia también trataba a los dioses con mucha fluidez: muchos dioses tenían más de un aspecto o forma, y cuando era necesario se podían combinar aspectos de dos dioses diferentes en uno solo.
Por otro lado tenemos los cuentos populares y las historias de héroes egipcios funcionan de manera muy parecida a la de los mitos griegos por ejemplo, o lo que llamamos “cuentos de hadas”, que relatan aventuras mágicas y acontecimientos maravillosos, que implican una interacción humana con lo sobrenatural o incluso con lo divino.
Remontándonos a la época predinástica, los antiguos egipcios divinizaron casi todos los acontecimientos naturales, los sucesos que tenían que ver con el cielo, el desierto, al agua y sus peligros los representaron en dioses egipcios con cierta peculiaridad, y es que estos dioses se representaban con cuerpo humano y rasgos de animales.
Las rivalidades entre los diversos sacerdocios sobre cuyo dios era el más poderoso o debía considerarse más digno de culto también influyeron en la práctica religiosa local y, por lo tanto, en el contenido y la preservación de los mitos. Por ejemplo, Osiris era un dios muy importante y muy venerado en todo Egipto, pero los documentos que provienen de Tebas parecen mostrar un intento de los sacerdotes de Amón-Ra de elevar su dios por encima de Osiris.
Hasta aquí por ahora, pero los dejo feliz con esta invitación a redescubrir los misterios del Nilo, pero no olvides que los regalos de Horus solo serán para los dignos de su luz.